lunes, 11 de enero de 2010


José María Arguedas escritor peruano. (1911–1969) es quien me introduce en el estudio de la cultura Andina, quien a través de sus cuentos y relatos me muestra mi cara oculta, de ser Americano.
 Analogía entre Arguedas y Guaman Poma de Ayala

El encuentro entre las dos culturas que se enfrentaron en la toma de Cajamarca  en 1532, no es todavía un encuentro armonioso. Guaman Poma de Ayala y José María Arguedas están separados por casi 400 años; pero están íntimamente unidos en un mismo sentimiento de protesta contra el mismo agresor.
Así como en Guaman Poma, la sátira y la alegoría sirven como formas ficcionales de representación, el lirismo y la ternura sirven en Arguedas como formas de recrear el mundo de los que no tienen voz.
Arguedas utiliza un castellano matizado de quechua para que a través de él surja pujante y a la vez dolorida la voz olvidada del hombre andino. 
Arguedas no se limita como hace Guaman Poma a criticar la manipulación del poder que ejercitan los españoles sino que además critica las bases de este poder. Guaman Poma es un hombre pre-modernista y he aquí la diferencia en su protesta. Guaman Poma utiliza la concepción del espacio andino para con “las armas del enemigo” subvertir su mensaje. Arguedas utiliza la lengua de los vencedores; el castellano, para dejarnos sentir la voz humillada y marginal del hombre andino. Guaman Poma y Arguedas, como dirían Raquel Chang-Rodríguez y Rolena Adorno: “se apropian del signo” como arma de denuncia contra los atropellos y las injusticias de los que detentan el poder; de los invasores, visto desde una perspectiva andina.
Guaman Poma se inventa un pasado noble español para hacer que su discurso sea o parezca ser más legítimo. Arguedas se inventa también un pasado, al emparentarse espiritualmente con los indios. Guaman Poma y Arguedas crean sus propios espacios de juego utilizando el arma impuesta del “enemigo”. Guaman Poma y Arguedas desde el mundo de los vencidos inventan una estrategia perfecta y bien estudiada para llegar al mundo de los vencedores e intentar socavarlo.
Guaman Poma de Ayala y José María Arguedas tienen todavía fe en la justicia, ambos creen que podrán convencer a los lectores de realizar la desafiante y monumental tarea de releer la historia desde la perspectiva de los derrotados y aceptarla a pesar de las inconveniencias.
La lucha con el lenguaje es evidente en Guamán Poma y en Arguedas, aunque en el caso de este último la lucha con el lenguaje sea una táctica y no una realidad. Guaman Poma está “apropiándose del signo”, mientras que Arguedas es perfectamente bilingüe y utiliza “el signo” de la escritura en la lengua castellana para expresar la voz y la cultura andina.
La cosmovisión andina es evidente en el caso de Arguedas y un poco más velada en el caso de Guaman Poma. 
A través de los dibujos artísticos de Guaman Poma y de su simbolismo espacial andino, de sus identificaciones metafóricas, de su aparente candidez, (Adorno 1988) hay una ironía que niega la inocencia de su discurso. Guaman Poma dice que “el mundo está al revés”, porque la armonía con el cosmos se ha perdido, la Conquista cambió radicalmente las reglas del juego, convirtió lo armónico en un caos imposible. 
En el discurso lírico y de protesta social de Arguedas percibimos también la falta de armonía en el cosmos, la inversión del mundo.
En ambos discursos la visión del tiempo corresponde a la visión andina.
Guaman Poma combina el tiempo occidental con el andino; pero el andino es el que prevalece. Arguedas le hace decir a Kutu que llegará el tiempo de la venganza; porque el tiempo regresa, es cíclico. Ernesto entenderá que Justina no puede ser suya todavía, que fue de Kutu por “mucho tiempo”, que fue de don Froilán a la fuerza, que llegará el tiempo en que podrá ser también de él.
Guaman Poma plasma a través de su discurso y sus dibujos la cosmovisión andina. Arguedas también “propagandiza” en cada relato, en cada novela, en cada ensayo, la cosmovisión de los vencidos. Arguedas y Guaman Poma denuncian la injusticia contra los vencidos con “las armas del vencedor”. 
Arguedas a través de su lirismo nos permite sentir la comunión del hombre del Ande con la naturaleza y el paisaje.
Guaman Poma cree en la fuerza y la eficacia de la imagen para denunciar la injusticia. El lenguaje impuesto no le es suficiente a Guaman Poma para expresar el caos del mundo, se vale de la imagen también. El castellano no le basta a Arguedas para convencernos con su lirismo a ultranza; necesita recurrir a la lengua de sus sentimientos, al quechua, para comunicarnos lo más íntimo, lo más auténtico de su mundo escindido, donde “todas las sangres” todavía no están en comunión. Arguedas es capaz de transmitirnos toda la ternura del alma indígena, a través de su lirismo inmaculado, toda la rebeldía de su ser a través del argumento de sus relatos, su angustiosa preocupación existencial y social que lo llevó al suicidio en 1969 cuando sentía que ya no podía escribir, como Van Gogh que se quitó la vida cuando sintió que no podía pintar. 

CONCLUSIONES
1) La voz quechua surge —a propósito— en el castellano de Arguedas.
La cosmovisión andina está presente en la literatura de Arguedas y concretamente en el cuento analizado : “Warma Kuyay”.
Arguedas y Guaman Poma “se apropian del signo” para expresar su mensaje de denuncia frente a la injusticia.
La voz andina no puede expresarse solamente a través del castellano, aun cuando éste evidencie calcos sintácticos del quechua. Es necesario recurrir también a la música y al baile, a las palabras quechuas, al paisaje andino como lo hace magistralmente Arguedas. El castellano de Guaman Poma-aprendido a la fuerza- no es suficiente para presentar la visión “del mundo al revés”; debe usar la imagen para que su discurso pictórico apoye a su discurso escrito. (Aunque en muchos casos lo niegue). La voz del hombre andino a pesar de los siglos transcurridos, está lamentablemente todavía envuelta en una gruesa capa de silencio.
José María Arguedas escritor peruano. (1911–1969) es quien me introduce en el estudio de la cultura Andina, quien a través de sus cuentos y relatos me muestra mi cara oculta, de ser Americano.
 Analogía entre Arguedas y Guaman Poma de Ayala

El encuentro entre las dos culturas que se enfrentaron en la toma de Cajamarca  en 1532, no es todavía un encuentro armonioso. Guaman Poma de Ayala y José María Arguedas están separados por casi 400 años; pero están íntimamente unidos en un mismo sentimiento de protesta contra el mismo agresor.
Así como en Guaman Poma, la sátira y la alegoría sirven como formas ficcionales de representación, el lirismo y la ternura sirven en Arguedas como formas de recrear el mundo de los que no tienen voz.
Arguedas utiliza un castellano matizado de quechua para que a través de él surja pujante y a la vez dolorida la voz olvidada del hombre andino. 
Arguedas no se limita como hace Guaman Poma a criticar la manipulación del poder que ejercitan los españoles sino que además critica las bases de este poder. Guaman Poma es un hombre pre-modernista y he aquí la diferencia en su protesta. Guaman Poma utiliza la concepción del espacio andino para con “las armas del enemigo” subvertir su mensaje. Arguedas utiliza la lengua de los vencedores; el castellano, para dejarnos sentir la voz humillada y marginal del hombre andino. Guaman Poma y Arguedas, como dirían Raquel Chang-Rodríguez y Rolena Adorno: “se apropian del signo” como arma de denuncia contra los atropellos y las injusticias de los que detentan el poder; de los invasores, visto desde una perspectiva andina.
Guaman Poma se inventa un pasado noble español para hacer que su discurso sea o parezca ser más legítimo. Arguedas se inventa también un pasado, al emparentarse espiritualmente con los indios. Guaman Poma y Arguedas crean sus propios espacios de juego utilizando el arma impuesta del “enemigo”. Guaman Poma y Arguedas desde el mundo de los vencidos inventan una estrategia perfecta y bien estudiada para llegar al mundo de los vencedores e intentar socavarlo.
Guaman Poma de Ayala y José María Arguedas tienen todavía fe en la justicia, ambos creen que podrán convencer a los lectores de realizar la desafiante y monumental tarea de releer la historia desde la perspectiva de los derrotados y aceptarla a pesar de las inconveniencias.
La lucha con el lenguaje es evidente en Guamán Poma y en Arguedas, aunque en el caso de este último la lucha con el lenguaje sea una táctica y no una realidad. Guaman Poma está “apropiándose del signo”, mientras que Arguedas es perfectamente bilingüe y utiliza “el signo” de la escritura en la lengua castellana para expresar la voz y la cultura andina.
La cosmovisión andina es evidente en el caso de Arguedas y un poco más velada en el caso de Guaman Poma. 
A través de los dibujos artísticos de Guaman Poma y de su simbolismo espacial andino, de sus identificaciones metafóricas, de su aparente candidez, (Adorno 1988) hay una ironía que niega la inocencia de su discurso. Guaman Poma dice que “el mundo está al revés”, porque la armonía con el cosmos se ha perdido, la Conquista cambió radicalmente las reglas del juego, convirtió lo armónico en un caos imposible. 
En el discurso lírico y de protesta social de Arguedas percibimos también la falta de armonía en el cosmos, la inversión del mundo.
En ambos discursos la visión del tiempo corresponde a la visión andina.
Guaman Poma combina el tiempo occidental con el andino; pero el andino es el que prevalece. Arguedas le hace decir a Kutu que llegará el tiempo de la venganza; porque el tiempo regresa, es cíclico. Ernesto entenderá que Justina no puede ser suya todavía, que fue de Kutu por “mucho tiempo”, que fue de don Froilán a la fuerza, que llegará el tiempo en que podrá ser también de él.
Guaman Poma plasma a través de su discurso y sus dibujos la cosmovisión andina. Arguedas también “propagandiza” en cada relato, en cada novela, en cada ensayo, la cosmovisión de los vencidos. Arguedas y Guaman Poma denuncian la injusticia contra los vencidos con “las armas del vencedor”. 
Arguedas a través de su lirismo nos permite sentir la comunión del hombre del Ande con la naturaleza y el paisaje.
Guaman Poma cree en la fuerza y la eficacia de la imagen para denunciar la injusticia. El lenguaje impuesto no le es suficiente a Guaman Poma para expresar el caos del mundo, se vale de la imagen también. El castellano no le basta a Arguedas para convencernos con su lirismo a ultranza; necesita recurrir a la lengua de sus sentimientos, al quechua, para comunicarnos lo más íntimo, lo más auténtico de su mundo escindido, donde “todas las sangres” todavía no están en comunión. Arguedas es capaz de transmitirnos toda la ternura del alma indígena, a través de su lirismo inmaculado, toda la rebeldía de su ser a través del argumento de sus relatos, su angustiosa preocupación existencial y social que lo llevó al suicidio en 1969 cuando sentía que ya no podía escribir, como Van Gogh que se quitó la vida cuando sintió que no podía pintar. 

CONCLUSIONES
1) La voz quechua surge —a propósito— en el castellano de Arguedas.
La cosmovisión andina está presente en la literatura de Arguedas y concretamente en el cuento analizado : “Warma Kuyay”.
Arguedas y Guaman Poma “se apropian del signo” para expresar su mensaje de denuncia frente a la injusticia.
La voz andina no puede expresarse solamente a través del castellano, aun cuando éste evidencie calcos sintácticos del quechua. Es necesario recurrir también a la música y al baile, a las palabras quechuas, al paisaje andino como lo hace magistralmente Arguedas. El castellano de Guaman Poma-aprendido a la fuerza- no es suficiente para presentar la visión “del mundo al revés”; debe usar la imagen para que su discurso pictórico apoye a su discurso escrito. (Aunque en muchos casos lo niegue). La voz del hombre andino a pesar de los siglos transcurridos, está lamentablemente todavía envuelta en una gruesa capa de silencio

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